lunes, 18 de junio de 2012

La Exfoliación

En el post anterior se anotaba la exfoliación como uno de los pasos para obtener un bronceado homogéneo mediante el autobronceador.


Pero la exfoliación va más allá. Se trata de un paso fundamental en la limpieza de la piel y un mecanismo de activación de su vitalidad.

Hay que recordar que nuestros ancestros también eran conscientes de los efectos beneficiosos de la exfoliación y la posterior hidratación sobre la piel.

Los egipcios mezclaban aceite animal, sal y alabastro, los indios orina con piedra pómez y Cleopatra disfrutaba de baños en leche ácida para mantener su piel con un aspecto suave y terso.

Generalmente se hacía esta práctica antes de los rituales matrimoniales, cuando el aspecto físico es muy relevante.
La exfoliación es un mecanismo para eliminar las células muertas de nuestra piel.


Este proceso se da de manera natural cada 28 días pero a medida que la piel avanza en edad se ralentiza. Las células muertas se quedan en la superficie unidas a las impurezas dotando a ésta de un aspecto áspero y apagado. Con la exfoliación conseguimos disminuir el grosor de la capa superficial de la piel y aumentar la vascularización de la misma mediante el masaje de movimientos circulares que se realiza al exfoliar. De esta manera conseguiremos una piel lisa y luminosa.




Modo de exfoliar 


Lo primero a tener en cuenta es elegir el producto exfoliante y la frecuencia de la acción. Ambas dependen del tipo de piel que tengamos:

  • Piel grasa y mixta: se usarán exfoliantes de grano ancho en texturas gel sin aceites y su uso se recomienda de 2 veces a la semana. Ademas, para este tipo de pieles, existen exfoliantes muy muy suaves que se aplican a diario con la limpieza habitual. 
  • Piel seca: para este tipo de pieles se usarán exfoliantes de texturas mas nutritivas y su aplicación se deberá realizar una vez a la semana. 
  • Piel sensible: se recomienda una vez cada dos semanas y con productos muy suaves de grano muy pequeño o carente del mismo.
  • Piel masculina: La piel del hombre es más gruesa y grasa que la de la mujer. Para este tipo de piel también hay exfoliantes específicos. Hay que tener en cuenta que personas con problemas dermatológicos como psoriasis, rosácea, eczema, irritaciones o heridas no deben exfoliarse.
Antes de aplicar el exfoliante se debe mojar la zona. Para aplicarlo se debe friccionar la zona con masajes circulares durante 1 o 2 minutos y se debe retirar con abundante agua.

La piel del cuerpo presenta diferentes espesores según la zona por lo tanto se deberá usar productos más 
fuertes en codos, rodillas y pie. Y más suaves en la cara y el cuello.

Tras la exfoliación es importante aplicar un producto de hidratación o tratamiento ya que la piel está más uniforme y limpia para poder absorber mejor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario